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La iglesia ha dado permiso de revelar a los fieles una parte del mensaje de Fátima. Está probado que la Santísima Virgen se le apareció a tres niños en 1917. Una de las niñas aun vive, se llama Lucía; bueno, la hermana Lucía porque es monja y reside en un Claustro en Europa.
La virgen de Fátima
Este mensaje, fue leído a su debido tiempo por el papa Juan XXIII, quien decidió esperar y no revelar este secreto pues consideraba que al hacerlo traería al mundo pánico y desesperación.
Ahora se revela otra parte más de dicho mensaje. NO PARA CAUSAR PANICO, SINO PORQUE LA IGLESIA CONSIDERA QUE LA GENTE YA ESTA PREPARADA PARA CONOCERLO Y PUEDE TOMAR CONCIENCIA DE LO QUE SE AVECINA. La hermana Lucía dio a conocer el mensaje primeramente al papa Pío XII, quien al terminar de leerlo estaba temblando y decidió no hacerlo público.
La Virgen le dijo textualmente a Lucía: «Ve hija mía, dí al mundo lo que pasará entre los años 1950 – 2001; pues los hombres no están poniendo en práctica los Mandamientos que Nuestro Padre nos enseñó. El demonio está dirigiendo al mundo, sembrando odio y cizaña por todas partes. Los hombres fabrican armas mortales que podrán destruir al mundo en minutos. La mitad de la humanidad podría ser horrorosamente destruida. Habrá conflictos entre órdenes religiosas. Dios permitirá que todos los fenómenos naturales como el humo, el granizo, el frío, el agua, el fuego, las inundaciones, los terremotos, el tiempo inclemente, desastres terribles y los inviernos extremadamente fríos, acaben con la tierra poco a poco. Esto, sucederá de todas maneras antes del año 2002. A los que no querían creer; ahora es tiempo, les dice su Madre Santísima.
No podrán sobrevivir, los faltos de caridad hacia el prójimo y los que no se amen unos a otros como mi Hijo les ha amado. Muchos desearán haber muerto, pues millones perderán la vida en segundos. Los castigos que están frente a nosotros, en la Tierra, son inimaginables, pero vendrán, no hay duda. Dios Nuestro Señor castigará duramente a quienes no crean en El, a los que lo despreciaron, a los que no tuvieron tiempo para Él.
Llamo a todos a que vengan hacia mi Hijo Jesucristo. Dios ayuda al mundo, pero todo aquel que no dé testimonio de fidelidad y lealtad hacia El, será destruido en forma irremediable».
El padre Agustín, quien reside en Fátima, recibió permiso del papa Paulo VI, para visitar a la hermana Lucía, quien es monja de clausura; es decir no sale, no recibe visitas. El padre Agustín expresa que ella lo recibió muy acongojada y le dijo:
Aparición de la virgen a los tres pastorcitos «Padre, nuestra señora está muy triste porque nadie ha tomado interés en su profecía de 1917. Así, mientras los buenos tienen que seguir por un camino estrecho; los malos van por un camino amplio que los lleva directamente a la destrucción y créame padre que el castigo vendrá muy pronto. Muchas almas pueden perderse y muchas naciones desaparecerán de la tierra. Pero en medio de todo esto, si los hombres reflexionan, rezan y llevan a cabo buenas acciones, el mundo podría tal vez, ser salvado. En caso contrario si los hombres insisten en proseguir sus maldades e inmoralidades; el mundo se podría perder para siempre.
Ya ha llegado el tiempo para todos de transmitir el mensaje de Nuestra Señora a sus familiares, a sus amigos y al mundo entero. Es hora de empezar a rezar; de hacer penitencia; de sacrificarse. Estamos cerca del último minuto, del último día y la catástrofe se aproxima. Debido a esto, muchos de aquellos que estaban apartados, regresarán a los brazos abiertos de la Iglesia Católica. Regresarán Inglaterra, Rusia, China, los protestantes y los judíos. Muchos de los habitantes estos lugares, regresarán, adorarán y creerán nuevamente en Dios, en su Hijo Jesucristo y en Nuestra Madre, Santísima Virgen María.
¿Qué nos espera?
En todas partes se habla de paz y tranquilidad, pero el castigo vendrá.
Una guerra sin sentido provocará una destrucción nuclear
Los pastores de Fátima
Esta guerra podría destruir todo. La obscuridad caerá entonces sobre nosotros durante 72 horas (tres días) y la tercera parte que sobreviva a estas 72 horas de obscuridad y sacrificio; empezará a vivir en una nueva era. Será gente buena.
En una noche muy fría, 10 minutos antes de la media noche, UN GRAN TERREMOTO sacudirá la tierra durante 8 horas. Esta será la tercera señal de que Dios es el que gobierna la Tierra. Los buenos y los que propaguen el mensaje sobre la profecía de la Virgen de Fátima, NO DEBEN TEMER.
¿Qué hacer?
La madre Lucía, dice que la Virgen pide: «Arrodíllense y pidan perdón a Dios. No salgan de su hogar y no dejen a nadie extraño entrar en él. Porque sólo lo bueno no estará en poder del mal y sobrevivirá a la catástrofe».
La madre Lucía, prosigue según lo que se le ha revelado: Para que ustedes se preparen y puedan permanecer con vida, como hijos míos que también son; les daré las siguientes señales:
La noche será muy fría. Soplarán fuertes vientos. Habrá angustia y en poco tiempo empezará un terremoto que hará temblar fuertemente la Tierra. En casa, cierren puertas y ventanas y no hablen con nadie que no esté dentro de ella. No miren hacia afuera, no sean curiosos, pues esa será la ira del Señor. Enciendan velas benditas, ya que por tres días ninguna otra luz podrá alumbrar. El movimiento será tan violento que moverá la tierra 23 grados y luego la regresará a su posición normal. Entonces vendrá una absoluta y total obscuridad que cubrirá la Tierra entera. Todo espíritu maligno andará suelto haciendo mucho mal a las almas que no quisieron escuchar este mensaje y a los que no quisieron arrepentirse. Las almas fieles recuerden prender las velas benditas. Preparen un altar sagrado con un crucifijo, para comunicarse con Dios e implorar su infinita Misericordia. Todo estará obscuro y aparecerá en el cielo una gran Cruz Mística, para recordarnos el precio que su Hijo pagó por nuestra redención. Esta guerra podría destruir todo. La obscuridad caerá entonces sobre nosotros durante 72 horas (tres días) y la tercera parte que sobreviva a estas 72 horas de obscuridad y sacrificio; empezará a vivir en una nueva era. Será gente buena.
En la casa, lo único que podrá dar luz serán velas de cera bendita, las que una vez prendidas nada podrá apagarlas hasta que acaben los tres días de obscuridad. También deben tener AGUA BENDITA que rociarán abundantemente por toda la casa, en especial en puertas y ventanas. El Señor protegerá la propiedad de los elegidos.
La madre Lucía, sigue relatando lo que la Virgen le confió: Arrodíllense ante la cruz poderosa de mi divino Hijo, recen el Rosario y después de cada Ave María digan lo siguiente: «Oh Dios perdona nuestros pecados, sálvanos del fuego del infierno y lleva al cielo todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia. Virgen María protégenos, te amamos. Salvanos, salva al mundo.
Recen 5 credos y el rosario, que es el secreto de mi Corazón Inmaculado. Aquellos que crean mis palabras y lleven el mensaje a los demás, no deberán temer nada en el Gran Día del Señor.
Sor Lucía
Hablen a todas las almas ahora que hay tiempo. Los que callen ahora, se harán responsables por ese gran número de almas que se pierdan por ignorancia. Todos los que recen humildemente mi rosario, alcanzarán la gran protección del cielo y yo los haré morir en paz y los haré entrar benditos en el otro mundo. Deseo que todos los fieles vayan a Misa cada primer viernes y cada primer sábado de mes. Que se confiesen y comulguen y así ayuden a salvar al mundo de la destrucción total.
Cuando la tierra ya no tiemble, aquellos que todavía no crean en nuestro Señor, morirán horriblemente. El viento traerá gas y lo regará por todas partes. Entonces saldrá el Sol. Puede que muchos vivan después de esta catástrofe. No olviden que el castigo de Dios es santo y que, una vez comenzado, no deben de mirar hacia afuera, por ningún motivo, ya que Dios no quiere que ninguno de sus hijos vea cuando castiga a esos pecadores.
La madre Lucía, luego afirma: Todo esto compagina con las Sagradas Escrituras,. Vean en el Nuevo Testamento:
Se debe entender que Dios permite que todo esto pase. El Papa y los Obispos están ahora a la espera de otro mensaje que habla del arrepentimiento y de la oración. Recuerden siempre que la palabra de Dios no es una amenaza, sino una buena noticia. Por favor reproduzcan esta hoja y envíenla a quienes conozcan para que todos tengan la oportunidad de arrepentirse y salvarse. No sabemos si quienes estén recibiendo este mensaje crean o no en él, pero esperemos puedan pensar, que si les está llegando es por alguna razón especial; quizá Dios permite que así sea, porque quiere salvarlos para El, sea cual fuere su religión.
Si alguien no cree en este mensaje, por lo menos envíelo a otros, para que aquellos que sí creen, tengan una oportunidad de decidir por sí mismos. Analicen todo lo que se puede evitar si se respetan los 10 mandamientos que nuestro Padre nos enseñó. Son 10 reglas tan simples, que si todos las pusiéramos en práctica, podríamos obtener el perdón.
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