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Tal como anticipó Clarín hace unas semanas, ayer al mediodía se presentó oficialmente la Comisión de Investigación de Fenómenos Aeroespaciales, que estará integrada por personal civil y expertos de la Fuerza Aérea Argentina (FAA).
Funciona en una oficina del Edificio Cóndor, sede actual de la FAA, y en los próximos días ya comenzará a recibir denuncias –a través del sitio www.fuerzaaerea.mil.ar – sobre avistamientos y a trabajar con los casos más representativos de los últimos tiempos.
Depende de la Secretaría Mayor General de la Fuerza Armada Argentina y está formada por técnicos del Servicio Meteorológico Nacional, ingenieros, pilotos de la Administración Nacional de Aviación Civil, técnicos en radar y en posicionamiento satelital, expertos informáticos y geólogos.
La ceremonia inaugural fue presidida por el capitán Mariano Mohaupt, vocero de prensa de la FAA, acto en el que también participó el Secretario General, Brigadier Ernesto Omar París, quien comentó que “ esta comisión va a realizar un estudio científico de los fenómenos aeroespaciales . Con este logro hemos alcanzado una meta importante para nuestra institución”.
Desde sus orígenes, la FAA se fortaleció con la colaboración de civiles expertos en aeronáutica. “Del mismo modo, hoy busca nutrirse de integrantes de la sociedad que puedan brindar su experiencia en el estudio de estos sucesos que requieren un mayor grado de certidumbre” indica Mohaupt.
En su mayoría, se trata de peritos que desde hace varios años se desempeñan en el campo de la ufología.
Entre ellos, Alberto Brunetti, del Grupo Investigador de Fenómenos Aeroespaciales Desconocidos. (GIFAD); Carlos Alberto Iurchuk, analista de sistemas e investigador independiente del fenómenos siderales y Carlos Fergusson coordinador de la Red Argentina de Ovnilogía (RAO). Además, va a colaborar Andrea Simondini, del grupo CEFORA, que estudia este tipo de casos. Uno de los motivos que impulsó la creación de este nuevo organismo es “el incremento de avistamientos por parte de la gente. Sin embargo, la intención no es probar la existencia de vida en otros planetas. Sí abordar desde la perspectiva científica aquellos fenómenos desconocidos y llegar a la verdad. Porque, en definitiva, son nuestro objeto de estudio”, señala Mohaupt. En el equipo también está Marcelo Módica, de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y especializado en información de origen satelital. Se encargará de “examinar el terreno y analizar las imágenes recibidas”.
Entre los beneficios de esta integración entre ciudadanos y personal castrense, Fergusson acota que “se avanzará mucho en medios y metodología. Es crucial llegar hasta el lugar del hecho y contar con ayuda científica. Habrá, además, un sistema de encuesta al testigo, que es de gran utilidad”.
Y si bien la tecnología ayuda a estos rastreadores de anomalías, siempre se necesita algo más. “Es cierto que Internet nos independizó. Porque si vas a cualquier observatorio a pedir una carta del cielo te la niegan. La astronomía, salvo la de los años 50, es muy cerrada con este tema”, desliza Brunetti.La explicación a esta desconfianza es que “ellos miran el cielo todo el tiempo, pero lo hacen a través de un telescopio, algo que va más allá de la atmósfera. Es decir, les puede pasar un OVNI por delante y capaz que no lo ven” .
Entre los procedimientos que se van a llevar a cabo, lo primero es descartar que no se trate de movimientos en el cielo. “No hay que crear falsas expectativas en la gente, para eso contamos con un órgano decisorio que evaluará con certezas y descartará lo que es suposición”, explica Simondini.
Es común que los astrónomos capten objetos que no consiguen precisar. “Lo primero es excluir el paso de un satélite, chatarra espacial, globos o cápsulas meteorológicas, cohetes, meteoritos. Incluso la Estación Espacial Internacional (ISS) puede llegar a confundirte”, enumera Iurchuk.
Fuente: Clarin.com