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La ley de la sincronicidad en la humanidad

La ley de la sincronicidad en la humanidad“Cuando el Corazón acaricia destellos de la Totalidad”

Entrevista al dr. Eduardo R. Zancolli

Autor del libro “El Misterio de las Coincidencias

Todos hemos experimentado, en algún momento, coincidencias que contenían un significado especial y que desafiaban la ley de probabilidades.

Cuando lo que llamamos casualidad ofrece un profundo significado a quien la experimenta, se está manifestando la sincronicidad. Si sabemos escucharla es una buena guía para nuestras vidas.

El psicólogo Carl Gustav Jung fue uno de los primeros investigadores en definir el concepto sincronicidad. Lo describió como “fenómenos que consisten en la concurrencia significativa (portadora de sentido privilegiado para los sujetos que los viven) de un determinado estado psíquico y un hecho físico exterior y objetivo.”

La mayoría de los autores que posteriormente han analizado el tema de la sincronicidades, creen que éstas son mensajes provenientes desde un plano inmanifiesto, de un plano de inteligencia infinita que conoce a la vida como un todo. Lo hacen irrumpiendo súbitamente en vida superficial viniendo de un plano más profundo. Autores como Deepak Chopra lo definirán como “El Todo hablándole a sus partes”.

Hace ya unos años que el doctor Eduardo Zancolli comenzó a experimentar estos sucesos, tras vivir una serie de fenómenos particulares. Se trataba de sucesos que se manifestaban con cierta frecuencia, cuando ellos querían sin que los hubiese programado o siquiera imaginado. “Eran –según sus palabras- coincidencias que no parecían producidas por el simple azar sino que aparentaban estar orquestadas de manera inteligente”. Zancolli se dejó llevar por esas señales que a modo de pistas le fueron conduciendo por caminos inesperados, desde la India tibetana hasta el Machu-Picchu, y le hicieron tomar contacto con reconocidos pensadores científicos como Deepak Chopra, Rupert Sheldrake, Peter Senge y Humberto Maturana.

Nacido en 1952, se licenció en medicina en la Universidad de Buenos Aires. Más adelante se especializó, al igual que hiciera su padre, en cirugía de la mano, hombro y codo, llegando a ser un prestigioso profesional dentro de su campo. Desde su adolescencia se interesó en religiones comparadas, filosofía, biología, física cuántica y diferentes aspectos de la búsqueda espiritual… hasta que llegó un momento en que su vida comenzó a estar sometida al acoso de una coincidencia tras otra: “La mente racional deseaba descartar su importancia, mientras que la intuición demandaba investigarlas.”

Lo cierto es que, según Eduardo Zancolli, los episodios de sincronicidad habitualmente terminan siendo devastadores para nuestras sensaciones y creencias previas: “Por un lado nos deslumbran, llenando nuestra capacidad de asombro. Incluso, al vivirlos, llegan a producir cambios muy perceptibles en nuestro cuerpo. Podremos tener sensaciones como que erizan nuestra piel, que calientan nuestro cuerpo, que nos inyectan una dosis masiva de energía, o que expanden nuestra conciencia. O todo ello a la vez.”

De acuerdo con la tradición védica, hay sólo dos síntomas que permiten definir a una persona que se encuentra en su camino a la iluminación. Primero, la sensación de que las preocupaciones están desapareciendo. Ya no se siente abatida por la vida. Las cosas pueden ir mal, pero eso ya no le perturba más. Segundo, en cada área de su vida, comienza a notar un gran número de eventos sincronísticos. Las coincidencias con significado parecen ocurrir con mayor frecuencia cada vez.”

Estas situaciones “tan particulares” que Eduardo Zancolli fue viviendo, y que comenzaron poco antes de su viaje a la India tibetana, le indujeron a relatarlas en un libro. En él nos hace partícipes de todas las sincronicidades en las que se vio envuelto. Entregado por completo, se dejó llevar sin condicionamientos por las pistas que la sincronicidad puso en su camino. “El misterio de las coincidencias” fue producto de una sincretización entre la narración minuciosa de sus experiencias y una meticulosa investigación sobre el funcionamiento de este fenómeno.

“Ante un acontecimiento de esta naturaleza en nuestra vida, la -mente lógico-racional, educada por el paradigma reinante, inmediatamente nos quiere convencer de que se trata de un hecho fortuito regido por el azar. Lo interesante es que, más allá de ello, algo intuitivo en nuestro interior nos hace presentir que se trata de algo organizado por algún tipo de inteligencia, un orden superior que está entablando un diálogo individual con cada uno de nosotros produciendo esas maravillosas coincidencias para ayudarnos a evolucionar y seguir aprendiendo.”

Sus vivencias junto a su formación científica, le han permitido profundizar en las teorías de los diferentes campos del nuevo paradigma y poder exponer las investigaciones de los principales físicos cuánticos sobre la visión sistémica que opera en el universo: “Todo está conectado con todo lo demás. Todo en el universo afecta a todo lo demás porque todas son partes de la misma totalidad ininterrumpida”. Pero su aportación más relevante versa sobre el contenido de las 7 leyes de la sincronicidad, enunciadas por él tras un viaje en tren desde Machu Picchu (ver nota de las 7 leyes al final del artículo).

Tal vez esas misteriosas coincidencias nos lleven a volver a percibir, como en la infancia, que existe otro lado de la vida inexplorado que opera con un tiempo diferente, un tiempo con el que parece jugar este tipo de fenómenos, como introducirá Eduardo Zancolli en su libro. “Por un lado, vivía la clara realidad de ese tiempo que corría en línea recta y que mi reloj señalaba. Por otro, a veces me parecía que había en juego otro tiempo. Uno en el cual el pasado y el futuro convergían en el presente, como si no importase “qué venía de dónde”. Todo era lo mismo, como si tanto los datos del pasado como los del futuro fueran conocidos por la inteligencia de ese “otro tiempo”, que los hacía parecer entremezclados con una tremenda lógica en el presente para seguir participando de lo que aparentaba ser una única historia. “

Silvia Velando – En su libro refleja, a través de una investigación realizada por el psicólogo Arnold Mindel que el dr. Peat, configuró un perfil de sucesos sincrónicos entre los que destaca que “estos sucesos están generalmente asociados con periodos de transformación; como por ejemplo, nacimientos, muertes, enamoramientos, psicoterapia, trabajo creativo intenso, como también cambios de profesión”. Se desprende de la afirmación anterior que las sincronicidades dependen sobremanera de los sentimientos, pues son los desequilibrios emocionales quienes movilizan nuestra alma. ¿Es necesario pasar por situaciones conflictivas en la vida para activar este tipo de sucesos?

Eduardo Zancolli – Las diferentes observaciones, hechas por psicólogos, coinciden en este punto. Los desequilibrios emocionales aparentemente movilizan nuestra alma pasando a cuestionar algunos o muchos de nuestros valores. Es entonces cuando las sincronicidades tienen propensión a aparecer trayendo la respuesta a dichos cuestionamientos, muchas veces en forma de símbolos. Pero me parece que en el fondo lo único que hacen dichos desequilibrios emocionales cambiar el “dial” que estamos escuchando. Cambiamos de sintonía remplazando el lenguaje de la mente lógico-racional por el “lenguaje del alma”. Parece que el secreto está en dónde sintonizamos nuestra atención. En el libro expongo la observación que, aparentemente, sí logramos sintonizar con nuestra alma de manera natural, muchas veces no tendremos que pasar, previamente, por situaciones tan conflictivas.

s.v. – Cuando empezó a darse cuenta en su vida de los primeros eventos sincronísticos … ¿Cuál era su estado de ánimo en ese momento?

e.z.- El habitual. El programado por mi mente lógico-racional. Ese en el cual todo lo programamos y en el que tratamos de diseñar nuestro futuro hasta el último minuto. Cuando aparecieron los primeros eventos sincronísticos pasó algo curioso. Apareció un nuevo factor, uno muy poderoso: el asombro. El asombro logró doblegar a la mente lógico racional, subyugándola para ingresar a un nuevo mundo, un mundo casi mágico.

s.v – ¿Dónde se encuentra el hecho diferencial –si lo hay- entre aquellos seres humanos que han conseguido que la voluntad que ha aflorado a través de ellos les guíe sincrónicamente por las sendas más adecuadas y aquellos que no ven una casualidad ni por asomo?

e.z – En lo que decíamos previamente: en la apertura para poder escuchar una sintonía diferente. La mayoría de las veces es la voz del ego la que nos hace negar la existencia de las coincidencias significativas en nuestras vidas, pero todos las hemos tenido. El problema es que algunos no las registramos.

s.v – ¿Hasta qué punto somos libres para poder elegir las distintas opciones que nos presenta la vida? ¿Realmente existe el libre albedrío?

e.z – Ese es “todo un tema”. Mi impresión, hoy, es que el destino nos presenta determinada situación, la que en sí es multi-probabilística, es decir con múltiples soluciones posibles. Lo que sucede entonces es que el libre albedrío hace precipitar una sola de esas múltiples probabilidades, descartando el resto. En cierta forma esto refleja un aspecto absolutamente creativo en nuestras vidas de forma permanente.

s.v – Una vez estamos totalmente conscientes de que existe ese flujo de energía que nos conecta con las sincronicidades; ¿de qué manera debemos comprometernos ante la vida para poder continuar atrayendo este tipo de sucesos? ¿Cómo introducimos “la intención” que sugiere Deepak Chopra en su teoría sobre el sincro-destino?

e.z – Inicialmente el asombro nos hace conscientes de la existencia de la sincronicidad. Como me escribió una lectora del libro “es entonces cuando el corazón acaricia destellos de la totalidad.” Luego comprendemos la operatoria de la sincronicidad, la interconectividad de la vida y todo lo que tuvo que “entrelazarse” para que llegue ese mensaje. Una vez en ese punto de comprensión, todo comienza a ser “natural” y las sincronicidades se multiplican. La intención está en la decisión de hacer una observación.

s.v – Peter Senge utiliza dos términos para operar con las sincronicidades: “Compromiso” y “Rendición”; mientras que Chopra utiliza otros dos: “Atención” e “Intención” y Vd. las palabras: “alerta- intuitiva” ¿En qué difieren estos conceptos?

e.z – Creo que todas esas palabras son ingredientes de lo mismo. Diferentes facetas de un mismo diamante.

s.v – Según manifiesta en el libro, todo lo que se sale de la rutina debe ser atendido muy especialmente para poder captar sincronicidades (o mensajes de la vida). ¿No podemos caer en el error de “ver” conexiones por todas partes y entre cualquier cosa?

e.z – Podríamos, ya que en otro plano de orden todo está interconectado de manera muy sutil. No somos otra cosa que “seres en busca de significado” y, detrás de todo, lo más lógico es que el universo tenga un significado unificador. Tal vez eso es lo que sienten los santos y místicos cuando llegan a la iluminación: SER UNO CON TODO EL UNIVERSO.

s.v – ¿Alguna vez ha experimentado esa fuerza irresistible de unión con el UNO, propia de los místicos, que tan magistralmente describe James Redfield en sus libros?

e.z – He tenido sólo muy breves y esporádicos destellos de la totalidad.

s.v – Cuando decrecen los eventos sincronísticos qué explicación es la válida … ¿que nos apartamos del “centro”, del camino o del propósito?

e.z – Tal vez estemos abandonando el “lenguaje del alma” y olvidando sus cuestionamientos y necesidades. De cualquier manera todo en el universo, y en especial los fenómenos relacionados con órdenes superiores, se sucede en paquetes (“cuántos” = de ahí la denominación de física cuántica). Es imposible subir milímetro a milímetro una escalera. Estamos en un escalón o en el siguiente. Por eso a veces nos puede parecer que se ha detenido el flujo.

s.v – ¿Cómo explica la medicina el hecho de que un virus como el de la gripe mantenga un comportamiento inteligente, al mutar cada año como sistema de defensa, ante las vacunas que el ser humano elabora para intentar vencerlo?

e.z – Como se ha visto en diferentes campos, las diversas formas de vida adquieren un comportamiento nuevo y peculiar. Tiene que ver con la información codificada para la supervivencia, el instinto de la supervivencia. Los hongos del limo, que se hallan en regiones selváticas son “super-individualistas”. Se nutren de estiércol, etc, e incluso, tengo entendido, que se atacan entre ellos. Cuando entran en un estado crítico de supervivencia (sequías, falta de alimentos, etc) adquieren un patrón particular. Se agrupan en “pelotas” que comienzan a rodar para intentar cambiar de medio ambiente, uno en el que puedan sobrevivir. Una vez que llegan, por ejemplo, a un lugar descampado hacen como “brotes” (saliendo de la pelota) que son arrancados y transportados por el viento hasta un lugar más apropiado. Si lo logran, vuelven a ser individualistas.

Otro fenómeno similar sucede con los electrones ubicados en la superficie de un metal. Habitualmente están todos en direcciones diferentes (fuera de fase, en fases diferentes). Si se los lleva a “casi” su aniquilación (cerca de -273º C) adquieren un comportamiento peculiar. Para sobrevivir entran todos en una misma fase (una fase coherente) que es tan perfecta que no tiene resistencia. Esto es lo que la tecnología utiliza, por ejemplo, en los superconductores de los resonadores magnéticos nucleares.

La pregunta que a veces me hago es: ¿Cómo sería la humanidad si lográsemos funcionar dentro de una misma fase coherente?

s.v – ¿Conoce a algún investigador que haya estudiado la existencia de un mayor incremento de sincronicidades según el tipo de Cultura de dónde se provenga? Es decir; ¿Existe en el planeta alguna cultura, ya sea más primitiva o moderna, susceptible de controlar este tipo de sucesos con mayor facilidad?

e.z – Tengo entendido que en Oriente desde los milenarios Vedas, se le da importancia a las coincidencias en relación al destino. Tanto es así que Deepak Chopra llama al fenómeno “Sincro-Destino”. Incluso en tibetano hay una palabra específica para la sincronicidad: “Rten Brel”, según hace referencia Redfield.

s.v – Al igual que Jung concedió una importancia significativa al papel de las sincronicidades en las diferentes mancias adivinatorias ¿Usted también cree que éstas pueden ser un buen vehículo para conectar este tipo de “mensajes” con la persona?

e.z – Creo que es posible establecer contacto con los eventos del futuro. Pero como dijimos antes, todo es multi-probabilístico hasta que sucede. Lo que me parece que las mancias adivinatorias pueden, a veces, contactar con la situación que se presentará y con la solución más probable entre múltiples probabilidades. A pesar de ello, creo que con el libre albedrío siempre podremos cambiar lo que a veces nos quieren hacer creer como absolutamente predeterminado.

El mismo Jung había sostenido que la sincronicidad era una ley del universo que actuaba para orientar a los seres humanos hacia el crecimiento de la conciencia.

También para el Doctor Zancolli se producía esta reorientación en la vida: “ una vez pasada su manifestación, y manteniendo viva nuestra sorpresa al decodificarlos y comprenderlos, vemos que han respondido profundos cuestionamientos, muchas veces reordenando nuestra escala de valores y modificando la manera en que interpretamos la realidad. Ello nos lleva, la mayoría de las veces, a producir importantes cambios en la dirección de nuestro camino en la vida.”

Dios no nos habla en palabras como a los profetas, Pero probablemente puedan constituir las sincronicidades la mejor manifestación de la divinidad. “ No en palabras, sino en casi milagros, manifestados en el lenguaje universal de la naturaleza: acontecimientos en el mundo de la materia.”

Fenómenos reales y observables en la vida de todos los seres humanos y, por tanto, uno de los elementos constituyentes de la realidad física en la cual nos movemos: “Hemos nacido de la naturaleza (no somos otra cosa que sus propios átomos organizados para albergar a la conciencia y nadar contra ella sólo produce sufrimiento y enfermedad.”

¿Quiere esa fuerza demostrarnos su poder creador, o quiere que nos convenzamos de nuestro propio poder creador?

SILVIA VELANDO

Volviendo en un tren desde Machu Picchu, en 1998 una genial intuición se le presentó al Dr. Zancolli en el plano de su conciencia. Esta aportación al fenómeno de las coincidencias sería designada por él como las 7 leyes de la sincronicidad. Desglosó en 7 atractivas e interesantes leyes, a modo de resumen, la esencia de lo que constituye la sincronicidad: “una fuerza de la naturaleza que responde a la atracción del alma para ayudarnos a conectar los dos mundo; el mundo de la materia y el mundo del espíritu, y así guiarnos en nuestro camino evolutivo.”

Primera ley: La causa
La sincronicidad es causada por la activación de la gravedad individual del alma.

Segunda ley: La condición
El estado más adecuado para poder identificarla; es el de alerta-intuitivo.

Tercera ley: La agencia organizadora de las sincronicidades
Algo desde un plano superior a nuestra comprensión, comienza a organizar el evento que se materializará, casi mágicamente, dentro del mundo real de los sentidos y la materia. Como si de una agencia se tratara.

Cuarta ley: La manifestación
Llega el momento de la manifestación de una coincidencia con significado. La cual nos trae las pistas que luego necesitaremos para decodificar y comprender la respuesta de lo que fue requerido por el alma.

Quinta ley: El significado
La sincronicidad contiene la respuesta para ese particular dilema del alma. Tenemos la clara sensación de que el evento y su significado parecen estar conectados a una especie de red o campo que lo diseña a medida, demostrando una tremenda inteligencia y poder sobre el mundo de la materia y conociendo, sin duda, el propósito de nuestra alma individual.

Sexta ley: Los efectos sobre el alma y su destino
Todo en la naturaleza, incluso nuestra propia vida, aparenta evolucionar a través de saltos bruscos, al igual que los saltos cuánticos de las partículas subatómicas (la única manera que tienen para cambiar de órbita). La respuesta con significado produce un salto cuántico en esa consciencia individual, lo que permite un reencuentro temporario con su sendero individual prefijado. A partir de ese reencuentro el individuo reestructura los valores para su vida. Permanecerá con mínimos cambios, casi como en reposo, hasta el próximo salto evolutivo.

Séptima ley: El propósito de la fuerza
Si la evolución tiene propósito, como aparenta, debe utilizar también algún medio para lograr su objetivo: el avance en la evolución de la conciencia humana. Su objetivo es despertarnos para que alineemos nuestros destinos en la misma dirección que el de la evolución del universo.

Fuente: Silvia Velando

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Publicado por en 4 octubre, 2011. Archivado en Misterios actuales. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response or trackback to this entry

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