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Fenómenos humanos

Aquello de que la realidad supera a la ficción es más cierto de lo que podamos imaginar, tanto que muchas veces preferimos creer «nuestra ficción» a la realidad, quizás porque esta escapa a toda lógica o a lo que estamos acostumbrados a ver. Sin embargo a unos pocos les toca ser parte de esos hechos incatalogables y que, de no ser por testigos y pruebas, nadie creería jamás, son los fenómenos humanos. Son personas que no eligieron ser distintos, pero como en un comic, sus «poderes» les hacen ser diferentes e increibles, lo crean o no.

.:: Fuego en el cuerpo ::.

A.W. Underwood tenía una rara habilidad, era la de poder prender fuego a los objetos tan sólo con exhalar su aliento sobre ellos. Primero guardó su habilidad celosamente, pero más tarde decidió sacar provecho de ello hasta que se hizo célebre y se cansó de exhibirse, pero ningún experto podía explicar su rara habilidad. Según L.C. Woodman, el primer médico que examinó a aquel iniciador de incendios, cuando Underwood cogía algunas cosas como un pañuelo de algodón, hojas secas, y las apretaba contra la boca, estallaban el llamas en cuestión de segundos. El médico enjuagó la boca de aquel hombre de veinticuatro años con diversas soluciones, le hizo ponerse guantes de goma… pero por rigurosos que fuesen los exámenes, ni Woodman ni sus colegas pudieron encontrar la menor traza de truco. Ni tampoco pudieron determinar ninguna razón médica que originase unos síntomas de aquel tipo.

Nathan Coker nació en 1814 y fue un esclavo que pertenecía a un abogado de Hillsborough, Maryland, llamado Purnell. Los malos tratos que infligía el amo al chico incluían hacerle pasar mucha hambre, y fue el estar siempre con hambre lo que le incitó al descubrimiento de su habilidad fuera de lo corriente. Una tarde cuando el cocinero salió de la cocina, Nathan metió la mano en una tina con agua hirviendo, sacó un trozo de masa y se la metió en la boca. Entonces se percató de que no había percibido el menor dolor, ni en la mano ni en la boca. Pronto averiguó que podía tocar y comer cualquier tipo de comida, sin tomar en consideración lo caliente que pudiera estar. Bebía la grasa que flotaba encima del agua hirviendo e incluso podía tragarse un café ardiendo. Tras lograr la libertad, Nathan comenzó a trabajar como herrero y fue aquí donde su habilidad única se hizo de lo más practico. Nathan lo contó así: «Con frecuencia saco de la fragua el hierro con la mano, cuando está al rojo, pero no me quemo.»

A medida que se extendió el conocimiento de la habilidad de Nathan, fue invitado a hacer una demostración ante los ciudadanos preeminentes de Easton, Maryland, incluyendo a dos directores de periódicos y a dos médicos. La proeza apareció incluso en la paginas del New York Herald, en 1871. Según los testigos presenciales, Coker se aplicaba una pala de hierro, calentada al rojo blanco, sobre las plantas de sus desnudos pies. Después de volver a calentar la pala, pasaba la lengua por encima de ella. también se calentaron bolas de plomo hasta el estado líquido y luego se vertían encima de la mano de Coker y el herrero se llevaba la sustancia a la boca. Mientras observaba su asombrada audiencia, Nathan hizo rodar el plomo líquido alrededor de sus dientes y los masticó hasta que se hubo solidificado. Después de cada una de estas proezas, los médicos examinaban a Nathan pero no encontraron el menor indicio de que su carne se hubiera visto afectada.

.:: El pararrayos humano ::.

Pero no todos pueden beneficiarse de sus habilidades. Según las estadísticas es muy poco probable que nos caiga un rayo, y quizás porque de caernos uno nos mate, que nos caiga más de uno es casi imposible.

No obstante, para Berry Jo Hudson las probabilidades son mucho más elevadas. Esta mujer de Winburn Chapel Mississipi, ha llegado a la conclusión de que es un pararrayos humano. La primera vez que la Hudson se percató de su afinidad por la electricidad fue cuando era niña y un rayo la alcanzó en la cara. No mucho después, la casa de sus padres recibió una poderosa descarga eléctrica y, en 1957, la vivienda quedó destruida por completo por otro impacto de un rayo. No obstante, cuando la mujer se casó con Ernest Hudson el rayo pareció cambiar de rumbo. Su nuevo hogar se convirtió en un foco y fue alcanzado tres veces. En la actualidad, incluso los vecinos se han visto alcanzados durante las tormentas eléctricas. Y los rayos han estallado contra árboles así como contra una bomba de agua en el patio. Una descarga llegó incluso a matar al perro de Hudson. Uno de los episodios más recientes ocurrió cuando los Hudson estaban pelando judías en el porche delantero de su casa una tarde de verano. Pasó por encima una tormenta de relámpagos, que obligó a la pareja a refugiarse en el interior de la casa. Mientras se hallaban abrazados, escucharon un horrísono estruendo: el rayo había devastado el dormitorio.

La mayoría de estos fenómenos nacen así, unos para mal como hemos visto y otros para bien. Niños como Wolfgang Amadeus Mozart que, a la edad de cinco años, ya componía música muy compleja, nacieron simplemente, con una extraordinaria memoria y con capacidades organizativas. Otro caso extraño es el de un chico francés del siglo XVIII, Jean Cardiac -que podía recitar el alfabeto a la edad de tres meses y hablaba media docena de idiomas cuando sólo contaba seis años- y a un ciego del siglo XIX, un esclavo de cuatro años, en Georgia, llamado Tom el ciego. Según un maestro, Tom pudo tocar con gran pericia el piano la primera vez que puso la mano encima de las teclas y «sabía más música de la que sabemos nosotros o podemos aprender».

.:: Anomalías físicas increíbles ::.

La mayoría de las veces las leyendas populares o la mitología pueden tener una base real, este es el caso del mítico gigante de un solo ojo, la figura del Cíclope, aparece en mitos de todo el mundo. Pero un hombre que vivía en Mississippi, en una comunidad del interior, tal vez haya sido el primer ser humano verdaderamente con un solo ojo. Su única cuenca, completamente normal en todos los sentidos, se hallaba localizada en el centro de la frente, según el Boston Medical Journal. Durante años los promotores de espectáculos y circenses persiguieron al hombre, pero éste se negó en redondo a convertirse en un espectáculo público. Naturalmente, el hombre de Mississippi no es la única persona en el mundo que haya sufrido de semejante anómala situación de los ojos. Por ejemplo, hubo un inglés con cuatro ojos, que podía cada uno de ellos de manera independiente, y mirar en cuatro direcciones a la vez.

La gente con piel azul constituye algo raro en la Naturaleza, pero, en la mayoría de los casos, esto se puede explicar biológicamente. Por ejemplo, algunos nativos de los Ozarks, presentan tinte de color azul pastel debido a anomalías genéticas causadas por décadas de casamientos entre consanguíneos. Algunas enfermedades conocidas pueden también originar una decoloración azulada de la piel. pero en los Andes chilenos, se descubrió un grupo de auténticas personas de piel azul, a una altura de 7.500m., más elevada de aquella a la que se creía que los seres humanos eran capaces de sobrevivir durante períodos prolongados.

John West, montañero y fisiólogo en la Universidad de California, en la Facultad de Medicina de San Diego, descubrió al pequeño grupo de mineros cuya piel, de manera evidente se había vuelto azul para adaptarse a la carencia de oxígeno a casi 6000 m. por encima del nivel del mar. Al parecer, los mineros producían grandes cantidades de hemoglobina, el pigmento de los glóbulos rojos que acarrea el oxígeno. El exceso de hemoglobina, que aparecía a través de la piel, les confería su tono azulado. Los hombres, probablemente, habían aumentado la profundidad y el ritmo de su respiración. Y dado que habían nacido y se habían criado a altitudes elevadas, ya tenían una ventaja de partida en su adaptación.

Como es natural, los sacerdotes tibetanos también pasan mucho tiempo a unas altitudes igualmente elevadas, pero los mineros de los Andes lo hacen mientras realizan un trabajo agotador.

.:: Cerebros resistentes ::.

No todos los hombres fenómeno de la historia lo son por sus capacidades mentales o psíquicas o por sus deformidades, también los ha habido por su increíble capacidad de recuperación.

Aunque se considera al cerebro nuestro órgano más delicado existen numerosos casos registrados de heridas en el cerebro que de modo misterioso, no han tenido efectos adversos sobre el paciente. Uno de tales incidentes implicó a una joven trabajadora de un molino que, en 1879, fue golpeada encima del ojo derecho por el perno de una máquina. El impacto introdujo fragmentos óseos 10 cm. dentro del cerebro de la mujer, destruyendo en el proceso fragmentos de masa cerebral. Además, la operación quirúrgica que se le practicó aún causó más daño físico al órgano. Sin embargo, la mujer se recuperó por completo y no sufrió ni siquiera un dolor de cabeza durante los siguientes 42 años de su vida.

No obstante, el cerebro de Phineas Gage fue tal vez uno de los más notablemente resistentes de todos los tiempos. Capataz de ferrocarriles a los 25 años, Gage estaba introduciendo material explosivo en un agujero, el 13 de septiembre de 1847, empleando una vara metálica con una punta aguzada en un extremo. cuando la vara chocó con la roca, originó una chispa y, en la explosión subsiguiente, la vara penetró en el pómulo de Gage con la velocidad de una bala. Tras casi sacar de su cuenca uno de sus ojos, la barra penetró directamente en el cráneo del hombre, sobresaliendo unos 40 cm. por la parte superior de la cabeza. De modo sorprendente, Gage no perdió la conciencia mientras le transportaban a un hotel desde el que podían llamar a un médico. A su llegada, Gage se levantó y entró por su propio pie en el edificio. El médico recurrió a un cirujano que extrajo la barra, con lo que salieron también trozos de hueso y de cerebro. Aunque ningún médico tenía esperanzas de que Gage pudiera vivir, éste asombró a todas las autoridades médicas que le examinaron. Se recuperó lo suficiente de una forma milagrosa y sólo perdió la visión de su ojo izquierdo.

Existen otro tipo de fenómenos humanos, aunque sus cambios son tales que ya no tendrían el apelativo de «humanos». Quizás nunca pertenecieron a nuestra especie, o quizás siguieran un camino evolutivo distinto, tal vez alguna enfermedad los hizo mutar en seres horribles, pero lo cierto es que en todas las partes del mundo existen relatos de este tipo de seres: hombres lobo, hombres lagarto, vampiros, hombres de las nieves, enanos, etc. Sin embargo probar su existencia es ya más difícil, sólo nos queda apoyarnos en relatos y unos pocos testigos amen de algunas tenues pruebas, suficiente para saber que puede haber algo que se esconde de nosotros, pero de este tema ya hablaré en otra ocasión.

.:: Se curó con un rayo ::.

Samuel Leffers se despertó una mañana, en el verano de 1806, con un desacostumbrado entumecimiento de su costado izquierdo. Al principio no se alarmó, dando por supuesto que había permanecido tumbado durante mucho tiempo sobre el mismo lado. Sin embargo, pronto se percató de que también tenía dificultades para hablar y que no podía cerrar el ojo izquierdo. Aunque su estado mejoró algo, la dolencia pareció centrarse en su ojo, que se le quedó abierto de modo permanente.

Avanzado el verano, según un comunicado al American Journal of Science, Leffers fue afectado por la desgracia, o por lo menos así lo creyó, cuando fue alcanzado por un rayo, que le dejó inconsciente. Sin embargo, cuando volvió en sí, también había recuperado el movimiento de sus miembros. Al día siguiente, notó que su visión había mejorado y que ya podía mover el párpado. Sólo le quedó una secuela: la descarga eléctrica le dañó el sentido del oído.

.:: Adolescente psicoquinético ::.

Unos sucesos pintorescos empezaron a ocurrir en la casa de Ohio de la familia Resch, el 3 de marzo de 1984. Las luces se encendían y apagaban sin una causa aparente. Los aparatos electrónicos se ponían en marcha solos. La televisión efectuaba unos ruidos misteriosos, aunque estuviese desenchufada y la pantalla en blanco. la ducha comenzaba a correr cuando no había nadie en el cuarto de baño. A través de todo ello existía un hilo de unión: la adolescente Tina Resch, de catorce años, que parecía encontrarse siempre cerca del lugar de la acción, aunque no fuese físicamente responsable del asunto.

Durante las siguientes semanas, Tina hizo bailar los candelabros y oscilar las lámparas con espantosa regularidad. Muy pronto, todo el vecindario fue consciente del fenómeno y los amigos y parientes de la familia también fueron testigos de objetos que volaban en torno a la casa. No pasó mucho tiempo antes de que los investigadores y periodistas se presentasen en auténticas oleadas ante los agotados Resch. Dos grupos religiosos incluso intentaron practicar un exorcismo.

Sin embargo, la videocinta de un noticiario televisivo aún levantó más controversia. cuando la cinta, en que se mostraba con claridad a Tina haciendo levitar una lámpara, se pasó a cámara lenta, algunos observadores afirmaron que veían a Tina sosteniendo la lámpara con una cuerda que tenía en la mano. Se alzaron acusaciones de fraude entre la comunidad de investigadores psíquicos. pero otros, como el fotógrafo del Columbus Dispach, Fred Shannon, insistió en que lo que estaba sucediendo no era un engaño… Shannon, que expresó su preocupación por la seguridad de Tina, contó un incidente en que el sofá de la sala de estar se apartó 50 cm desde la pared y «atacó» a Tina, que se hallaba sentada en un sillón cercano. También observó cómo se movía el teléfono por los aires, por lo menos en siete ocasiones, golpeando a Tina varias veces con tanta fuerza que la chica se puso a gritar.

Confiando resolver la situación y la controversia, los padres de Tina estuvieron de acuerdo en que se realizasen pruebas a Tina en un laboratorio, cerca de Chapel Hill, Carolina del Norte. Durante una notable serie de experimentos, se le pidió a Tina que alterase las células nerviosas de las pautas de conducta de unas babosas gigantes marinas, empleando para realizar esta proeza sólo su mente. Según el ingeniero biomédico y neurocientífico Steve Bauman, las pruebas tuvieron éxito. Aunque las células nerviosas de la babosa marina emiten una señal cada uno o dos segundos, los científicos no pudieron captar ni una sola señal en un intervalo de veintitrés segundos, durante el tiempo en que la mente de Tina estuvo controlando a las babosas.

Naturalmente, los escépticos siguen sin sentirse aún convencidos, e insisten en que no existirá la menor confirmación de los poderes psicocinéticos de Tina, hasta que las pruebas se repitan.

.:: El hombre lagarto ::.

Ha habido numerosos avistamientos de Bigfoot en los Estados Unidos y en todo el mundo. Las criaturas humaniformes se dice, por lo general, que son grandes y peludas, con relucientes ojos rojizos. Sin embargo, durante el verano de 1988 los residentes de Bishopville, Carolina del Sur, hicieron unas declaraciones de una rara raza de Bigfoot: Un hombre lagarto de 2,10m de altura con una escamosa piel verde. según los testigos, a diferencia de otras criaturas Bigfoot, el Hombre Lagarto tenía sólo tres dedos en cada pie, así como largos brazos parecidos a un simio, que acababa en tres dedos provistos de unas garras de 10 cm. Sólo el segundo Bigfoot tenía tres dedos en cada mano, y el primero en tener también tres dedos en cada pié, el Hombre Lagarto, es el más insólito Bigfoot de que se haya informado nunca.

Chris Davis, de diecisiete años, fue el primero en encontrar al Hombre Lagarto hacia las dos de la tarde del 29 de junio. De camino a su casa, el adolescente se detuvo cerca de las aguas salobres de la Marisma Scape Ore, en las afueras de Bishopville, para cambiar un neumático pinchado. cuando estaba metiendo de nuevo el gato en el maletero del coche, entrevió algo que corría por el campo hacia él. Tras meterse de un salto en su «Toyota Celica» de 1976, se vio enseguida enzarzado en una especie de lucha cuerpo a cuerpo con la criatura reptiliana, al intentar cerrar la puerta. Luego, el Hombre Lagarto saltó al techo del vehículo, donde dejó unos arañazos en la pintura, como prueba del ataque. Histérico, Davis regresó a su casa y contó únicamente su experiencia a sus padres y a algunos amigos íntimos. Sin embargo, los agentes de la Policía local le interrogaron, después de que los vecinos afirmaran que el muchacho debía saber algo acerca de las extrañas marcas de mordiscos y arañazos que se encontraban también en otro coche.

Davis no se quedó solo en su relato. Muy pronto, otros informes inundaron la oficina del sheriff. los adolescentes Rodney Nolfe y Shane Dyokes, por ejemplo, se hallaban conduciendo cerca de los pantanos con sus novias, cuando el Hombre Lagarto cruzó a la carrera por delante de su coche. El obrero de la construcción George Holloman también alegó que el Hombre Lagarto había saltado encima de él, cuando estaba sacando agua de un pozo artesano.

Al investigar la zona en torno del pantano, el policía montado del Estado, Mike Hodge y el ayudante del sheriff de Lee Country Wayne Atkinson, encontraron tres destrozados bidones de fibra de 150 litros. Algunos árboles estaban desgajados 2,5m por encima del suelo. Y además, según Hodge, había «pisadas humanoides», unas impresiones de 35 por 17,5 cm en la dura arcilla roja. Tras conseguir las huellas durante unos 400m, los agentes volvieron hacia atrás y encontraron nuevas huellas impresas en las rodadas de los neumáticos de su coche. Según los biólogos del servicio de vida salvaje del Estado, las pisadas no concordaban con ninguna especie animal conocida.

Jaime Padilla Ruiz

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Publicado por en 10 noviembre, 2010. Archivado en Destacado,Misterios,Misterios actuales. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response or trackback to this entry

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